Las compras por impulso, o también llamadas compras impulsivas, son aquellas que realizamos en forma espontánea.
Frases como «lo vi, me gustó y me lo compré», «venía con un descuento que no podía dejar pasar», «estaba muy barato y lo compré, por si acaso», «uno nunca sabe cuando lo va a necesitar», y muchas otras, son de este tipo.
Este tipo de compras son las que no están planificadas, y ocurren muy a menudo en nuestra vida.
¿Quién no ha ido al supermercado y sintió la tentación de comprar algo que estaba de oferta y que no era necesario después?.
El problema de éstas se generan cuando son muchas, y terminamos gastando una gran cantidad de dinero en el mes, y que no estaba planificado en el presupuesto mensual.
Está bien que nos demos un gusto y compremos algo de vez en cuando, pero debemos tener una adecuada conducta al momento de realizar compras, y apegarnos a lo que tenemos presupuestado.
Sino terminaremos gastando más de lo que queremos, y no podremos cumplir nuestras metas financieras.
Otro problema de las compras compulsivas, se generan cuando reaccionamos de forma inadecuada a lo que sentimos. Muchas personas cuando se sienten enojadas, tristes, en soledad, encuentran una forma de escape en salir a realizar compras, y que les otorgan una «satisfacción momentánea» al momento de comprar cosas.
Esto último es super peligroso para nuestras finanzas personales. En caso de sentirnos mal lo más aconsejable es alejarnos de los centros comerciales y de las tarjetas de crédito.
Las compras compulsivas también pueden llegar a ser peligrosas cuando se transforman en una adicción, en este caso es importante buscar la ayuda de amigos, familiares y profesionales.
Por todo esto las compras por impulso son un tema importante que debemos tener muy presente al momento de salir de compras. Un adecuado conocimiento de nosotros mismos, planificar un presupuesto para las compras, y una adecuada educación financiera, nos alejarán de esta problemática.
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