Una manera en la que podemos invertir nuestros ahorros es realizando depósitos a plazo.
Se trata de una forma de inversión de bajo riesgo, y consiste en depositar el dinero en una institución financiera (por lo general bancos), cumpliendo ciertas condiciones, y que por tenerlo guardado, genera intereses.
Este tipo de inversión, al ser de muy bajo riesgo, genera intereses bajos («a menor riesgo, menor retorno»). De todas formas, es una opción mucho más rentable que tener el dinero debajo del colchón (ya que pierde valor por la inflación).
Existen diferentes tipos de depósitos a plazo:
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Plazo Fijo: Se deposita el dinero por una cantidad determinada de días (ej: 30,60,90,180…), y una vez que pasa ese tiempo, se cobra el dinero depositado + intereses en una fecha pactada.
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Renovable: Es similar al plazo fijo, pero se puede renovar automáticamente por el mismo número de días.
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Plazo indefinido: En algunos bancos puede darse que el depósito no vence a una fecha pactada, sino que el banco es quien renueva ese plazo, luego de avisar.
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