Hace unos días en una conversación con un familiar me comentó que estaba teniendo grandes problemas financieros. Ella se encontraba desde hacía un buen tiempo pagando todos los meses sus deudas de tarjeta de crédito y de préstamos. Me decía que todos los meses debía pagar por lo mismo, y que le parecía que esto nunca terminaría. Tras unos momentos analizando cómo había llegado hasta ese punto, me di cuenta que ella estaba en lo que se conoce como el «carrusel de las deudas».

Muchas veces hemos recibido llamadas por teléfono donde nos ofrecen tarjetas de crédito con grandes beneficios, como por ejemplo que no tienen costo el primer año, o que cuentan con descuentos en muchas tiendas y otros tipos de promociones. También nos han contactado, por teléfono o internet, ofreciéndonos préstamos a una tasa de interés preferencial o con grandes descuentos por pagar con anticipación.

Mi familiar comenzó teniendo una tarjeta de crédito y pagando sus cuentas de gran forma, pero luego decidió tomar un préstamo en un banco que le hizo tener otra tarjeta adicional, que contaba con más «beneficios». La situación por el momento estaba controlada ya que mes a mes podía pagar las tarjetas de crédito y el préstamo, pero luego comenzaron los problemas.

Debido a un imprevisto necesitó dinero en efectivo para pagar una deuda. El monto que necesitaba era mayor a sus ingresos. Además ella no contaba con algún dinero ahorrado o un fondo de emergencia, por lo que tuvo que recurrir a un nuevo préstamo. El problema es que ya tenía otro!
Ahora con su salario tenía que enfrentarse a dos préstamos y a sus deudas por tarjetas de crédito, aparte de tener que comer, pagar la luz, agua, transporte, etc.

Cada mes necesitaba destinar la mayor parte de su salario al pago de estas deudas, y con el resto tenía que vivir. Como aún faltaban muchos meses para terminar de pagar por esos préstamos, ella decidió pedir otro préstamo, a otro banco, con el fin de ir reduciendo las deudas de los otros.

Ahora, el problema se agravó seriamente. Los ingresos mensuales con los que contaba ya no le alcanzaban para pagar los altos intereses de los préstamos y las tarjetas de crédito. Como no podía hacer frente al monto total de las tarjetas de crédito de cada mes, comenzó a pagar el monto mínimo, generando así más intereses sobre el saldo restante, y por ende aumentando su deuda. Ella, sin saberlo, había entrado en el carrusel de la deuda.

El carrusel de la deuda es muy peligroso. Al recurrir a más deuda para poder cubrir otra o refinanciar lo adeudado, lo que se está haciendo en realidad es aumentar los niveles de endeudamiento. En algún momento todo esto puede comprometer nuestras finanzas personales. A su vez, y debido a los intereses, una persona puede terminar pagando 2 o 3 veces más del valor de su compra o de lo que necesitaba, sin contar que cada vez tendrá menos ingresos (o casi ninguno) para poder hacer otras actividades, y estará, durante muchos meses o años, pagando por lo mismo.

En otro artículo hablaremos sobre las estrategias para no caer en este tipo de comportamiento tan común y peligroso que tienen las personas. También te contamos como salir de tus deudas en el artículo que puedes encontrar aquí.

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