Hay un dicho que dice «Siembra hoy lo que quieres cosechar mañana». Invertir hoy, implicará disfrutar mañana.

Imaginemos que hace diez años teníamos U$S 20.000 (veinte mil dólares), y fueron invertidos en un proyecto que nos daba una rentabilidad del 10% anual. Hoy tendríamos algo así como U$S 52.000. Sin ningún esfuerzo nuestro dinero creció 2,6 veces.

Ahora, imaginemos si durante esos 10 años, con mucha disciplina, cada mes ahorramos 300 dólares y al final del año agregábamos ese ahorro a la inversión. Es decir, cada año invertíamos, aparte de los 20 mil iniciales, 3.600 dólares más.

Al cabo de 10 años tendríamos en nuestra cuenta más de U$S 105.000. La inversión se multiplicó por 5,25 veces gracias a la magia del interés compuesto (aquí hablo de éste).

A continuación, podemos ver los cálculos de ese ejemplo:

Estos mismos cálculos pueden hacerse con menos inversión (o mayor). No necesariamente tenemos que juntar U$S 20.000.

Imaginemos el caso de que nuestro dinero inicial sean U$S 10.000. Al cabo de diez años, invirtiendo con una rentabilidad del 10%, y agregando los U$S 3.600, al final obtenemos más de U$S 79.000.

En esa época, en lugar de habernos gastado todo el dinero en «darnos un gusto», lo postergábamos un tiempo e invertir HOY podríamos estar disfrutando de cosas que quizás otras personas no podrían en este momento.

Y eso tan solo con un poco de disciplina e inteligencia financiera!

Una pequeña aclaración:

Con esto no quiero decir que tengamos que invertir todo el dinero que tengamos, y no gastemos en nada que nos haga bien o nos guste. Tampoco está mal comprarnos aquello que nos gusta, hacer un viaje que deseamos o lo que sea que nos haga bien.

Sin embargo, el problema se genera si gastamos todo nuestro dinero HOY. Por ejemplo, en comprarnos todo lo que nos gusta (y a veces no necesitamos), o viajamos a lugares que no podemos pagar (o pagamos en muchisimas cuotas), o hacemos cosas que comprometan nuestra situación financiera.

Gastando todo el dinero hoy, y no pensando en nuestro futuro también tenemos un problema. Adicionalmente, con la mentalidad de que hay que vivir el momento, y no pensamos en nuestro futuro económico, estamos en problemas.

Modificando ciertas acciones hoy, haciendo además un pequeño sacrificio, en un tiempo tendremos más dinero, y podremos realmente darnos los gustos que queramos. También, sin necesidad de comprometer todo nuestro dinero o preocuparnos por él.

¿Cómo hacemos entonces?

A continuación, les describo algunos pasos:

1.Objetivo: ¿Para qué queremos invertir?

Al contestar esa pregunta tendremos definido el rumbo de nuestra inversión, es decir cuál es nuestra meta (aquí hablo de la importancia de la inversión).

¿Será para comprar un automóvil?. ¿O para un viaje? ¿Será para nuestro retiro? ¿o los estudios de nuestros hijos? ¿para una nueva casa?

2.Monto inicial: ¿Cuánto dinero necesitamos para comenzar?

Una vez definido el objetivo (nuestro qué), falta conocer cuánto dinero inicial necesitamos (el cuánto). También, habrá que definir cuál es la rentabilidad que necesitamos para conseguir el objetivo.

3.Plazo: ¿Por cuánto tiempo será?

Si conocemos el dinero que necesitamos, al que tenemos que llegar, y cuál es la rentabilidad necesaria, podremos calcular por cuánto tiempo es necesario realizar la inversión.

4. El medio: Conseguir el monto inicial

Si tenemos ya el dinero inicial este paso está cumplido. En caso contrario, si trabajamos podemos destinar parte de nuestro salario mes a mes hasta reunir el dinero que necesitamos.

Otra opción, podemos vender cosas que no necesitamos o usamos, y guardar ese dinero. Casi todos tenemos cosas que no usamos guardadas en una caja en alguna habitación. También, es hacer alguna venta de garaje o conseguir un trabajo extra.

5. ¿Dónde invertir?

Mientras reunimos el dinero, podemos buscar qué alternativas de inversión existen en el lugar donde vivimos (aquí tienes algunas ideas de inversión)..

Este paso no es sencillo, ya que la inversión que vamos a realizar tiene ciertos requisitos. Además, deben generar una rentabilidad acorde a nuestro objetivo (en el caso que usé de ejemplo era del 10%).

6. Recordemos que a mayor rentabilidad mayor riesgo.

Por lo general los depósitos bancarios y los bienes raíces, no son convenientes, dado su bajo riesgo (por lo tanto menor rentabilidad).

Otro punto a considerar de la inversión que vayamos a elegir, es si ésta permite realizar aportes adicionales. Con aportes adicionales nos referimos a si se permiten agregar más dinero mes a mes o año a año.

Lo que permite es algo muy bueno, ya que podremos tener más dinero al final, como vimos en el caso 2 que el dinero se multiplicó por 5.

7. Manos a la obra:

Una vez que encontramos dónde invertir hoy, el siguiente pasó es ponerse en marcha y realizar la inversión.

8. Ahorro adicional:

Si la inversión que elegimos permite realizar más aportes, sería una buena idea que separemos dinero de nuestro salario mes a mes.

No tenemos que ahorrar el 100% de nuestro salario, pero sí un porcentaje. También tenemos que destinar dinero para comer, transporte, luz, agua, estudios, etc.

9.Ser disciplinados:

Cuando sabemos cuánto podemos ahorrar adicionalmente, debemos ser disciplinados (aquí hablo de responsabilidad financiera) y mes a mes separar ese dinero de nuestro ingreso para la inversión.

Por nada del mundo debemos poner excusas para no ahorrar. Al final esta inversión es para nosotros mismos!

10. Buscar otras opciones de inversión:

En muchas ocasiones las inversiones pueden terminar antes que el período de inversión que habíamos definido.

También pueden surgir otras opciones más rentables a la que habíamos seleccionado. Es aconsejable entonces que en el tiempo que vamos a invertir busquemos qué otras opciones hay cerca. Aquí te sugiero algunas ideas para invertir y emprender.

11. Celebrar por el objetivo cumplido!

Como vimos, con unos pequeños pasos, un sacrificio presente, y educación financiera; podemos hacer crecer nuestro dinero y disfrutarlo mucho más en el futuro. Invertir hoy permitirá realizar grandes cosechas mañana.